24 octubre 2009

Suavecito, fuiste casi imperceptible, sin prisas de a poquito; Colocaste tu bandera inamovible. Suavecito, fuiste tan demoledor, pasito con pasito, tu paciencia arrolladora; Me salvó. Suavecito, suavecito fue ganando con saber perder, suavecito, sin afanes de imponer, con la calma que viene del tacto de hombre, como huella de gaviota, como se forma una gota; Me atrapaste. Suavecito, me aceptaste como un cero izquierdo y sin valor, me peleaste, sin nada a tu favor, con la suavidad con la que se mueve un rumor, como el paso de un anciano con paciencia de artesano; Me salvaste !

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